Por: Luis Felipe Vélez.
En medio de las variables del día a día, del trasegar por diferentes lugares que se convierten por el transito en unos, en otros, van apareciendo detritos sumándose en el paisaje, un nochero en el anden, cúmulos de objetos en el espacio que se entienden como un desperdicio, piezas fracturadas de mundos distantes, cintas métricas, vidrios, láminas, armarios, madera. Las cosas pueden ser algo más que eso, la carga significativa corre por nuestra cuenta y la forma de interpretarlas pone límites o extiende el universo conceptual de las mismas, esta ha sido una premisa que ha dominado el plano de las artes desde el ready-made, misma que el artista Francisco Lozada, sin desconocer la historia, aborda desde su experiencia estética, desde la forma de comprender una realidad y la contemporaneidad surcada a su vez por la experimentación con los materiales y la posibilidad que narren una historia impensable.

De la serie/proyecto “Ejercicios de montaje”

Mientras éstas piezas van surgiendo del entorno, Lozada las va coleccionando en sus desplazamientos abordados a su vez como una forma de intervención urbana, algo que recuerda la deriva de los situacionistas, desplazamientos que «contiene los significados simbólicos de aquel acto creativo primario: el errar en tanto que arquitectura del paisaje, entendiendo el acto de transformación simbólica y no solo física del espacio antrópico»(1). Esta especie de trashumancia nómada permite que en la composición de sus obras haya cabida al azar, a la especulación del material que se pueda encontrar. Como en la serie «Bronx» creada a partir de los escombros resultantes del desalojo de este sector en la ciudad de Bogotá al que fue regularmente entre 2016 y 2018 para tomar los objetos personales allí dejados, las partes del mobiliario, herramientas, electrodomésticos, residuos que también hablan de una problemática social la cual a través del material fueron «estructurados y convertidos en ejercicios plásticos cargados de una fuerte aura creada por un contexto de crudas realidades» (Lozada)

De la serie/proyecto “Ejercicios de montaje” 2020

Serie 3 a
Sin embargo, este oficio de reapropiación de los objetos, no se limita a los espacios urbanos, en la serie «Movidas» por ejemplo, Francisco Lozada vincula el saber de un oficio que ha realizado desde varios aspectos pasando desde el montaje hasta la producción, así, en el trabajo llevado a cabo con diferentes artistas a lo largo de su carrera, a tomado en consenso con los mismos, materiales que podrían ser parte de un pasado, del olvido que transforma todo en basura para brindarles una nueva vida, una sucesión en la historia y la permanencia en la idea artística.
«Las piezas en su totalidad son un conjunto de remembranza incluso la marquetería la cual es realizada con maderas usadas y restauradas con la finalidad de que el resultado sea una unidad y que en este caso no evoque ni represente una formalidad del arte.» (Lozada)

Marco recolectado, acuarela sobre contra carátula con minas de lápices de color (Cristo de la generación hippie, artista desconocido del periódico «Olvídate» ejemplar de octubre 1967)
Estas obras, dialogan con los materiales y la temporalidad que les ha sido resignificada, como si un fragmento de la historia siguiera por siempre en un bucle sin fin, en lo que el artista llama un «glitch analógico» un «error» que al no afectar negativamente, no se considera un fallo, sino más bien una característica. En cada pieza está presente el paso de los días, Lozada las ha recuperado y en la yuxtaposición de las imágenes, en los elementos que la rodean, en las capas de polvo y en la mancha del sol encuentran un nuevo sentido. Son un recorrido por diferentes espacios que han sido traducidos por sus experiencias y preguntas, vueltas a la luz a través de aquello que en su obra lo hace posible.
Cali 2021
1- Walkscapes, El andar como práctica estética. Francesco Careri