Por: Luis Felipe Vélez

A través de la intervención de diferentes tipos de archivos documentales, Angélica Castro va tomando diversas épocas del conflicto en Colombia, para develar a través de la fuerza del papel como material, la fuerza normativa en la historia de los discursos hegemónicos que van dejando un sesgo cultural e ideológico. En Impresiones, Castro toma las piezas como vestigios de un tiempo que pareciera lejano, pero es latente cada día en los desplazamientos y toda forma de violencia que se ha desprendido con los años, dejando una huella indeleble en la memoria.

Las obras van tejiendo discursos que cuestionan el carácter de lo dicho, los medios que lo hicieron posible y las verdades ocultas en medio de la narrativa institucional, que omite la responsabilidad en las acciones cuyas representaciones aquí se ven, bien sea por lo ocurrido durante el episodio de la masacre de las bananeras, o la forma como se esquematiza la ciudadanía a través de unas normativas que controlan dichas acciones. Angélica Castro va rehaciendo los caminos de estos discursos olvidados, grabando en la fragilidad de la cera e iluminando los pasos que se han dado. En este sentido la luz aparece como una forma del recuerdo, una guía en medio de la penumbra y el desconcierto para que, según sus palabras, “se manifieste la fantasmagoría de las fuerzas del archivo.”

Impresiones reúne una serie de piezas en las que se realiza un proceso de reapropiación de los objetos para que resignifiquen un mensaje, uno construido desde las preguntas por la identidad, el nacimiento de los relatos nacionales y los acontecimientos que han marcado y dieron paso a nuestro presente. Es una exposición que recorre las grietas dejadas por un legado de censura y sometimiento en la memoria, cuestionando a su vez el devenir de estas mismas acciones y las opciones que se tienen para no repetirlas.

*Texto curatorial de la exposición Impresiones de Angélica Castro en la Alianza Francesa de Cali.

Cali 2024