En la fría noche de Bogotá del treinta de mayo, Rita Ponce de León y Larry Muñoz amarraron dos madejas de hilo desde una de las salas de exposición de la galería Casa Riegner y en dos grupos salieron a dar la vuelta a la manzana caminando en direcciones opuestas. El hilo se mezcló en la calle, con la bolsa y la gasolina, con los árboles y el turista hasta que lentamente, se unió con el otro extremo que venía tirado no por el minotauro, sino por personas que acompañaban la tarea de amarrar, de unir un extremo y otro muchos metros después, alejados del punto inicial, pero con la guía que lleva y trae en los laberintos de la urbe.
La obra «Días enteros con los ojos cerrados» es una instalación de movimientos en hilos de metal construidos para el espacio y en el que puede transcurrir el tiempo en medio de los dibujos en tinta que sobresalen al encuentro como una acción. Rostros en trazos que se unen, que preguntan, con sonrisas esquivas, rostros que no son rostros, formas amorfas unidas en el tráfico de esos cuerpos y de quienes estamos allí, de arriba abajo, moviendo la cabeza, los pies, como en una danza, Rita baila con nosotros mientras que nos movemos al ritmo de la obra y acompañamos el compás. Energía que se reúne y fluye como potencia y acto, como realidad y vida. Tres videos de Laura Alderete completan la obra dando otra dinámica en la oscilación corporal, como el aire que circula y mueve la palma de una mano en varias hojas o en el metal que se bifurca, todo es música que marca el vayven.
Esta instalación es una invitación a que contemplemos los objetos, nuestra relación con ellos y su entorno a la luz de la no luz, a la luz de la sombra. Objetos que se agudizan cuando la vista falta, como las personas que viven eternamente «Días enteros con los ojos cerrados» y andan por el mundo con una agudeza admirable. ¿O acaso llevamos días enteros con los ojos cerrados? ¿ciegos del sol que dora nuestros rostros, en medio de las sombras, entre la ilusión y la percepción, como si observáramos el reflejo de la idea? Y no importa la respuesta, porque Rita Ponce de León dibuja y sigue diluyendo tinta papel tras papel, en un impulso vital, incansablemente en cualquier lugar o pared, vinculando el cuerpo, la música interior y el movimiento creador.
Esta obra es sólo una parte de la variedad de sus propuestas, en cada una de ellas hay una función pedagógica, crítica, social, personal, es una artista que re inventa, que origina procesos, que hace participe a los espectadores para convertirlos en actores, en parte de la idea expuesta. En su Blog comparte una ventana a otra forma de comprender la cotidianidad de la existencia. Deslumbrante registro de una artista que camina el mundo haciendo sus pasos.
http://vigiliaycabeceo.blogspot.com/
Fotografías: Oscar Monsalve
Capturas de los videos por Rita Ponce de León.
Luis Felipe Vélez
2014