Texto presentado en el I Congreso Internacional de la vida y obra de Roberto Bolaño
Capítulo primero
Qué es un antipoeta: Un comerciante en urnas y ataúdes?/Un sacerdote que no cree en nada?/Un general que duda de sí mismo?/Un vagabundo que se ríe de todo/Hasta de la vejez y de la muerte?/Un interlocutor de mal carácter?/Un bailarín al borde del abismo?/Un narciso que ama a todo el mundo?/Un bromista sangriento/Deliberadamente miserable/Un poeta que duerme en una silla?/Un alquimista de los tiempos modernos?/Un revolucionario de bolsillo?/Un pequeño burgués?/Un charlatán?/un dios?/un inocente?/Un aldeano de Santiago de Chile?/Subraye la frase que considere correcta./
Qué es la antipoesía:/Un temporal en una taza de té?/Una mancha de nieve en una roca?/Un azafate lleno de excrementos humanos Como lo cree el padre Salvatierra?/Un espejo que dice la verdad?/Un bofetón al rostro Del Presidente de la Sociedad de Escritores?/(Dios lo tenga en su santo reino) /Una advertencia a los poetas jóvenes?/Un ataúd a chorro?/Un ataúd a fuerza centrífuga?/Un ataúd a gas de parafina?/Una capilla ardiente sin difunto?/Marque con una cruz/La definición que considere correcta.
Nicanor Parra
Hasta el siglo XX el arte en sus múltiples facetas acarreaba una historia dedicada a la Imitación (Mímesis), en el que la llegada de la fotografía supuso la libertad para crear más allá de copiar la realidad en diversos ámbitos sociales, culturales, etc. Los fenómenos estéticos comienzan a centrarse en la reflexión de las experiencias artísticas y la ruptura se hizo inevitable. A inicios del siglo pasado la manera de comprender el mundo dio un vuelco general, algunos marcaron esta ruptura con la aparición del psicoanálisis de Freud o las teorías de Darwin que rompieron paradigmas aceptados sin intervención de la razón.
En este panorama, en el que aún resonaba la voz de Nietzsche en la cultura occidental, el hacer del arte tuvo un giro radical promovido por la profunda influencia del romanticismo hacia las llamadas vanguardias Avant-garde, movimientos artísticos en todos los niveles que rompieron patrones dominantes de la cultura, generando alternativas y nuevas maneras de interpretar el mundo. Se pasó de los materiales, estilos y técnicas tradicionales a considerar obra algo que ya estaba hecho (Ready- made) y que fue estimado arte a partir del concepto; idea que dio al saber del arte la reformulación de su hacer: lo importante ahora será la trama conceptual, sustento de la obra.
El artista quiere experimentar que ha hecho algo que no poseía existencia con anterioridad. No precisamente una copia de un objeto real, por hábil que fuere, no un fragmento de decoración, por diestramente que se lo realizase, sino algo más importante y duradero, algo que el artista considera que posee mayor realidad que los objetos vulgares de nuestra monótona existencia. Gombrich (1997, pág. 585)
Esto abrió los movimientos de vanguardia a todo tipo de consideraciones; bajo la primacía de la razón artística se construyeron formas para comunicar críticamente el mundo. El concepto pasó a apropiarse del hacer, el hilo argumentativo tejió el soporte de lo que sería considerado como tal, si la obra a pesar de tener técnica no posee una idea que la sustente; no pasa de ser un artículo para la colección personal. El peso argumentativo de la obra determinó su relación con el mundo y el concepto de “uso” que empezaba a establecerse de ella.
Sin embargo y a partir de otras particularidades, las vanguardias se cimentaron y se convirtieron en un canon que fue rápidamente rebatido, entre esos desde la literatura, por Nicanor Parra y la antipoesía. Tal vez es cierto que Parra fue el primer y último antipoeta como lo afirmó el periodista de El Pais de España Javier Rodríguez Marcos el 25 de enero del año pasado en conmemoración del reciente fallecimiento, mas eso no resta la influencia en la manera de concebir e interpretar el mundo, retirando los coloquialismos, reemplazándolos por la sátira, la ironía, el sarcasmo.
Por supuesto se ha hecho antes, desde las nubes de Aristófanes hasta la sátira política, pero la forma en que empieza a construirse desde el lenguaje de Parra, sitúa la antipoesía como una forma diferente de la poesía moderna, reemplazando el yo lírico en una época donde todo cambia y las esperanzas lucen perdidas, lejanas y acaso abandonadas. Se desacraliza la realidad, se quita lo prístino de las ideas y las acciones, los modos de vida y para lograrlo encuentra en el antipoema la manera de rebatir, acaso de destruir el lenguaje exquisito en que había caído la poesía. Este a su vez se reemplaza por un habla de la calle, cotidiano, latente a su vez en la escritura de Bolaño en toda su dimensión vivencial.
Frente al panorama que ofrece la llegada a la mentada contemporaneidad, la poesía ya no podía seguir transmitiendo el modo de ver a través de las normas tradicionales de la misma. Hay una impotencia expresiva para dar cuenta de lo que se comprende y se entiende como realidad. La noción de belleza se ha transformado, y los poemas basados en ello ya no abarcan; no llegan a la sensibilidad del ser humano del hoy. El poeta siente que el lenguaje y modo de escribir poesía ya no es suficiente para comunicarse. Es por eso por lo que el poeta de Los Detectives Salvajes desenmascara la hipocresía del ser humano, de sus relaciones, de sus sistemas de valores. Se rechaza, por ejemplo, la idea de que el poeta es un ser especial, superior en sensibilidad, también desenmascara la falsedad de las relaciones sentimentales dominadas por los prejuicios. Parra al igual que Bolaño en su poesía referencia el absurdo, las incongruencias, las contradicciones. Sin embargo, permanece en la denuncia sin ofrecer una alternativa, una posibilidad de salvación: es una poesía de la desesperanza. Es una poesía «escéptica» que llega incluso a tener grados de cinismo, no creyendo ni en concepciones religiosas, ni en concepciones políticas. El ser humano aparece en un mundo contaminado donde en ocasiones no existe salvación ni el amor, que traiga un poco de paz y felicidad.
Segunda Parte
Iñaki Echavarne, bar Giardinetto, calle Granada del Penedés, Barcelona, julio de 1994.
Mientras la obra navega por los ríos de la eternidad, embarcados en la búsqueda de un eco difuso y lejano, preguntamos por Bolaño y su influencia, por la manera en que, a partir de otros ojos, otros mundos creaba. Así, desde la poesía que estableció y de su impulso como escritor, construyó otras realidades a partir de lo que él mismo sabía. La poesía era parte de su vida como constantemente lo recordaba en las entrevistas que se ven hoy en youtube o se pueden leer en sus libros de biografías: la poesía estaba ahí mas allá de un oficio, como una pulsión. Poesía de la vida de los poetas, y de la vida de los seres humanos que fracasan en la desesperación, en el desamparo de una angustia que viene de muy adentro y que acaba siendo luminosa
En Ion o de la poesía, Platón examinaba la manera como los rapsodas se comunican con su musa y cómo estos son el vínculo, el puente entre lo ultraterreno y lo real. Bolaño veía en el papel de la poesía algo que sobrepasaba los límites de la musa, basta recordar este fragmento:
Musa, a donde quiera/que yo vaya/tú vas./Te vi en los hospitales/y en la fila/de los presos políticos./Te vi en los ojos terribles/de Edna Lieberman/y en los callejones/de los pistoleros./¡Y siempre me protegiste!/En la derrota y en la rayadura.
Bolaño arrastra la musa al espacio circundante, al uso febril, esta no viene desde los cielos retumbantes, se aclara desde el polvo que cubre el tiempo de todas las cosas. Crea en su poesía una forma, que profundiza como se ha mencionado, en lo real. En Los Detectives Salvajes el lenguaje cifra un código que se va entramando en cada elección de los personajes, escritores a medias, comprometidos, de un momento, de una semana, de un premio, de una muerte, Bolaño el sociópata Belano el metodista, Lima el minucioso, Bolaño el infrarealista, Bolaño el etéreo y leve. Cada uno de los personajes está sumergido en su propio dilema, en su devenir, asumiendo que su camino no es el correcto, pero que es el camino que es, García Madero no quiere ser abogado, lo sabe, tal vez filósofo, tal vez escritor, tal vez vagabundo, tal vez uno más, desconocido en medio de una urbe sin fin que se extiende a todos lados en la noche sin rumbo, y que importará entonces ser un desconocido por Ernesto García Grajales, el “único estudioso de los real viscerealistas que existe en Mexico y, si me apura en el mundo” (550) porque lo que cuenta es dar registro y vida a la concepción visceral y ética de la labor del poeta al que no le regalan nada.
14 de diciembre A los real visceralistas nadie las da nada ni becas ni espacios en sus revistas ni siquiera invitaciones para ir a presentaciones de libros o recitales. Belano y Lima parecen dos fantasmas, si simón significa si y nel significa no, que significa simonel? Hoy no me siento muy bien. (113)
En Los Detectives Salvajes la fuerza del lenguaje se mueve entre el festín, la depresión sexual, el amor no correspondido, el apego, la obsesión y el querer saber de alguien frente la imposibilidad de la comunicación. Las cartas, las llamadas por teléfono que suponían una barrera más infranqueable de la intimidad, de todo aquello que hoy pensamos perdido en los dispositivos móviles. Bolaño no niega el carácter poético de la acción, resalta lo humano en cada motivo, y hay en el fondo una curiosa relación entra las maneras en que cada quien puede nombrarlo, realismo mágico, lo real maravilloso latinoamericano, o realismo visceral, cada una de estas formas de nombrar el mundo supone una conexión entre aquello que ocurre y aquello que es.
El dinero, para los personajes como para Bolaño, se constituye en algo esquivo que se consigue de diferentes medios, cada aspecto pasa revista en la existencia del escritor y sus personajes, invocando cada uno de los estados para verse perdido en sí mismo, en el cuarto oscuro con el techo blanco que siempre se deja ver, con la soledad de la ciudad, del camión, del bar, de la colonia, de la calle, del teléfono, de la llamada, del café con leche, de la casita de atrás, de los viajes de cada uno, de esos instantes donde se ocultó en las palabras el hecho, en la locura de Quim en la precocidad de la adolescencia, en la castración mental de San Epitafio, en las exultantes ganas del abismo del deseo, del sin razón del placer, de cada faro titilante en el DF, de cada paso dado por las escaleras oscuras de las buhardillas de París, de Barcelona, de Londres.
Lima el poeta, el caminante, el casual, Belano álgido, el cercado, el visceral, el entrañable, Bolaño el onanista de cada vida pérfida, de cada instante perdido, de cada beso mal dado, de cada caricia robada, de cada sexo canjeado sin sentido, intenso en cada motivo. Y así se consuma, se enaltece, es parte de cada instante, reverdeciendo en el plateado humo del cigarrillo que en espirales junto al viento se pierde, en su extensión de narrativa corrida y florida en la que Auxilio Lacouture no puede pedir auxilio, y donde Amadeo Salvatierra desde su silencio, va contando un cuento.
Y así, en medio de los versos, en el andar por los desolados parajes, de Agua prieta al cementerio, del rancho La Buena Vida a Trincheras, de Pueblo Nuevo a Santa Ana, de San Ignacio, pasando por Imuris hasta Cananea se oculta la muerte tras un traje de proxeneta o de policía también. La parca es traída por el plomo de la miseria humana, Cesarea, tan lejana, tan cercana, tan olvidada, olvidada por la muerte, escondida en un recóndito desierto hasta donde el impulso febril, el impulso apasionado, fue a buscarla en el rostro de los jóvenes poetas. El impala que propulsaba la búsqueda la llevo a ello, Tinarejo oculta, llena por el peso de los años, Cesarea indómita y muerta “la habíamos cagado que habíamos encontrado a Cesarea solo para traerle la muerte” (605 2015)
En aquella larga búsqueda dónde todo se ocultó de repente, cayó sobre el rocío de la muerte, el cuerpo de Cesarea en los desiertos de sonora, en la lejanía de Caborca, en las palabras de Lee Harvey Oswald, en los Font. Cada quien vivía según podía. La antipoesia de Bolaño como poesía que perdura es un sentido y símbolo de su expresión, como infrarealismo, como movimiento.
Todo se fue Caborca, lejana quedó toda tu vida Caborca, y palpita el verso en cada momento, en los diálogos abruptos y acaso descarnados, en la violencia simbólica, en la directa, en las rupturas de los discursos sobre la igualdad, porque va decididamente a la raigambre del alma humana, de su miseria y dinámica de amo y esclavo, buscando quien decir, buscando a quien obedecer, y una salvación en otra realidad, que ojalá no sea esta. La situación a hoy no parece cambiar mucho.
ERNESTO CARDENAL Y YO
Iba caminando, sudado y con el pelo pegado/en la cara/cuando vi a Ernesto Cardenal que venía/en dirección contraria/y a modo de saludo le dije:/Padre, en el Reino de los Cielos/que es el comunismo,/¿tienen un sitio los homosexuales?/Sí, dijo él./¿Y los masturbadores impenitentes?/¿Los esclavos del sexo?/¿Los bromistas del sexo?/¿Los sadomasoquistas, las putas, los fanáticos de los enemas,/los que ya no pueden más, los que de verdad ya no pueden más?/Y el Cardenal dijo sí./Y yo levanté la vista/y las nubes parecían/sonrisas de gatos levemente rosadas/y los árboles que pespunteaban la colina/(la colina que hemos de subir)/agitaban las ramas./Los árboles salvajes, como diciendo/algún día, más temprano que tarde, has de venir/a mis brazos gomosos, a mis brazos sarmentosos,/a mis brazos fríos. Una frialdad vegetal/que te erizará los pelos.
Roberto Bolaño
Luis Felipe Vélez
Cali, mayo 2019