Por: Alma Brutau
The self construction at the simulatrixxx
Simulatrixxx es el término empleado por Signe Pierce para designar el desarrollo de una matrix en la social media, haciendo referencia a la película de las hermanas Wachowski, Matrix Revolution, que presenta un futuro distópico en el que los humanos son cultivados por el sistema dominante, dejando de vivir con su cuerpo, para vivir con su mente, volviendo el planeta un lugar hostil.
Al traducir self del inglés al español, podríamos concebirlo como ser, sin embargo, entendiendo las concepciones selfless y selfish, me parece más apropiado traducirlo aquí como ego.
Signe Pierce es una artista multidisciplinar, nacida en Los Ángeles, EUA, ella explora principalmente con la luz y la fotografía, pero incursiona como DJ, hace performance, instalaciones, intervenciones en el espacio público, escribe y baila.

Las redes sociales han marcado una diferencia en la manera en que nos comunicamos hoy en día y también en cómo nos exponemos, refleja la necesidad interior por expresarnos, de ser reconocidos, como un ser que existe para otros y no sólo para sí mismo, descubriendo nuevos niveles del zoon politikón. Signe Pierce, a través de su imagen construida en redes sociales, evidencia las dinámicas con las que se relaciona el mundo hoy en día. Ella interactúa con sus seguidores y se dirige a ellos como el nuevo público del arte, quién dejó de ser espectador hace mucho para convertirse en usuario.
La iluminación es bastante relevante para esta artista visual, con grado en fotografía; eligiendo la luz neón como predilecta, logra un efecto de bar nocturno, haciendo referencia a la fiesta, a los anuncios, los centros comerciales y al entretenimiento, como musa de representación. Su serie Faux Realities, consta de diferentes cuadros fotográficos de naturalezas muertas contemporáneas, componiendo una nueva pintura que representa los objetos fotografiados como elementos que hablan del hoy y que reflejan una cultura del consumismo desbordado.
Aun así, el capitalismo promueve la libertad de pensamiento, puesto que la publicidad le habla al individuo, mientras que la propaganda le habla a una población, en plural y reconocer que existen particularidades que nos hacen ser únicos, así sea parte de un resultado para mercadotecnia, permite incluir dentro de las opciones que se ofrecen, variedad de productos para los diferentes gustos.
Los gustos son los que dictan nuestra identidad, a partir de los gustos experimentamos y exploramos lo que somos, como individuos particulares, únicos y diversos. Los gustos reflejan materializado, un deseo interior, en los gustos podemos vernos reflejados y conocernos mejor, reconocernos en el exterior; sentir curiosidad es una señal de querer conocer y explorar algo nuevo, por lo cual se tiene atracción. Al descubrir nuevos gustos podemos ampliar el espectro de nuestro pensamiento y nuestra autoconcepción, además que, cuando se rompen prejuicios, evoluciona la consciencia, aunque si nos quedamos en satisfacer nuestros gustos meramente, podremos caer en el hedonismo.
Vemos en estas plataformas informáticas, cómo el usuario puede representarse por sí mismo, construyendo una imagen con la que va a identificarse públicamente, compartiendo aspectos de su intimidad y pensamiento. Tener esta autonomía por la autorrepresentación, genera mayor control sobre la vida propia, se tiene más confianza en lo que se cree y se dignifica la imagen que se tiene de uno mismo, restándole importancia a los demás.
Sin embargo, a medida que corren los años, crece masivamente el número de cuentas existentes, se actualizan los programas, para que tanto usuarios como operadores estén más cómodos; con inteligencia artificial se han acelerado muchos procesos de búsqueda y se ha demostrado que el algoritmo en redes sociales, se encarga de unir a las personas aparentemente iguales[1], también, a partir del comportamiento, trata de predecir sus decisiones, haciéndole sugerencias. Debemos tener cuidado porque, como dice Harari[2], el ser humano es mejor inventado nuevas herramientas, que aprendiendo a usarlas sabiamente. No se debe construir la identidad a partir de un algoritmo porque corremos el riesgo de convertirnos en un estereotipo, la energía es más que la apariencia y delegar la toma de decisiones, es negarse a experimentar y escoger. Si nos volvemos un estereotipo de nosotros mismos, no incluiremos el cambio en nuestra formación como personas.
Del antropocentrismo al egocentrismo
En una época en la que el pasado parece cada vez más lejano, Signe Pierce nos invita a reconectarnos con el origen. Así como en el renacimiento se propusieron los artistas en los epicentros culturales, refrescar la representación de su actualidad, haciendo referencia a un origen que se remontaba a la edad clásica de Roma con el descubrimiento de Pompeya y las ruinas, esta artista contemporánea propone el neonrenacence inspirándose en el conocimiento ancestral.
Un nuevo giro copernicano ha ocurrido, esta vez del antropocentrismo al egocentrismo, ahora el ego es la medida de todas las cosas del mundo, no el humano, sino yo. Si yo soy lo más importante, ¿dónde queda el resto? Según lo muestra la propia artista, vivimos rodeados por estímulos que nos abruman los sentidos y distorsionan el concepto mismo de realidad. Ella aboga en su obra, a una transformación colectiva de la consciencia, sirviendo de guía – espiritual- para lograr vivir estéticamente.

Este cambio de concepción del mundo se ha dado con el desarrollo de la publicidad, las redes sociales se han vuelto un mecanismo actual para la difusión de una marca, incluso más eficaz, que la publicidad impresa. Las marcas son empresas, pero pueden ser también personas, las marcas poderosas son hoy en día los mecenas del arte. Así como en el renacimiento aparece la figura de artista genio, con Instagram aparece el artista influencer. Importa, no sólo el talento, sino también, la empatía con el público.
Tradicionalmente las imágenes han sido producidas por una institución para servir a un sistema, como propaganda y reflejo de la identidad de una cultura. Como seres humanos, somos predominantemente visuales, hemos configurado un complejo conjunto de símbolos y logos que dirigen nuestro comportamiento, por medio de estímulos que nos educan y nos conducen. Bien es sabido que primero fue la representación y luego la construcción de un sistema; el tipo de registro da garantía de una autoridad, ya que el poder de hacer imágenes radica en las herramientas que se dispongan, logrando el efecto wow del público que se pregunta cómo se hizo eso. Desde el inicio de los tiempos, el mensaje oficial ha tenido unas formas homogéneas y coordinadas, que dan garantía de su oficialidad, de ser un mensaje autorizado por la institución, un comunicado del sistema; por ende, los seres humanos tendemos a confiar más en esos códigos oficiales. La legalidad garantiza cierta calidad y seguridad. Pero,¿cómo podríamos confiar en nuestros sentidos, cuando estos están siendo sobre-estimulados por un sistema que exhorta al consumo excesivo?
Recibir estímulos como estrategia para inducirnos al consumo, desarrolla profundidades del ego antes desconocidas. En vez de formar a la audiencia, se le da lo que quiere, pero no siempre nuestros deseos más primitivos son buenos consejeros para darle poder a una marca y son muchas veces los primeros en manifestarse; la consciencia requiere de observación e introspección, lo cual implica invertir tiempo. Pensar en lo que soy ¿Si vamos siendo sin importar lo que somos, entonces qué somos?
Con el cambio cultural causado por la publicidad, se crean incesablemente imágenes alrededor del mundo que representan nuestros deseos y son consumidas inmediatamente al deslizar el dedo sobre la pantalla. Esto ha provocado una reinvención de la identidad, en la que cobra mayor importancia el individuo.
Cuerpos globalizados (relación centro-periferia)
Una de las dinámicas que se ha cambiado con el internet, es la relación del centro con la periferia. Quien escribe este texto vive en Cali, ciudad de Colombia, Signe Pierce vive en Nueva York, ciudad de Estados Unidos. Yo puedo conectarme con Signe Pierce gracias a internet, el cual no es tan bueno porque no llega mejor a la zona. Aunque la constitución colombiana del 91’ se basa en los derechos humanos, hace unas semanas masacraron a un grupo de jóvenes en un barrio afro de mi ciudad, amenazaron además con una bomba en el sepulcro de los jóvenes y en la huerta comunitaria. Puede que Llano Verde y Primero de Mayo sean ambos barrios de Cali, puede que Cali sea la segunda ciudad más peligrosa del mundo, no todos vivimos igual. Hay quienes salen con escoltas y quienes reciclan de la basura para pagar su cuarto en una olla.
El estado de mi país abandonó a las comunidades afro, comunidades que en un inicio se emanciparon de la esclavitud, han tenido que desplazarse debido a la violencia, junto con los campesinos, han dejado sus tierras y propiedades forzadamente, teniendo que trabajar en la ciudad, siendo explotados muchas veces en trabajos físicos que requieren mano de obra pésada, en labores de aseo o construcción que no tienen diseñado posibilidades de ascenso, incluso mendigando, pues al perderlo todo quedan en la calle.
La historia no es lineal, hay tantos detalles como anécdotas, hechos, nombres y vidas; la cotidianidad que sostiene la realidad, traza la historia que viven los cuerpos y los territorios.
La globalización puede entenderse como la unificación del mundo, sin embargo, la modernidad y los periodos históricos, no se han vivido simultáneamente en todos los países e incluso no han llegado los beneficios a cada rincón donde habitan los humanos, al mismo tiempo que se desconocen las falencias. La extracción de recursos naturales en Colombia, por ejemplo, muestra que la riqueza de un país no se demuestra en la calidad de vida digna para sus habitantes, pues se sufren aún estragos de la corrupción herencia de la colonización.
Se vende la materia prima del progreso, mientras se acaban los recursos naturales.
Las redes cubren ese hueco que deja el sistema abusivo y globalizado, dejando expresar cada vez más a las personas desde el lugar más recóndito. Cabe decir que no se está exento de la censura, pero grabar la brutalidad policial cometida en protestas en todo el mundo que reclaman justicia, respeto y dignidad, ha sido una clave vital para construir un discurso más amplio y polisémico que muestra la otra cara de la institución, nacional e internacionalmente con evidencias irrefutables. Signe Pierce tiene muy claro esta capacidad de visibilidad que tienen las redes, fortaleciendo el concepto de red como un conjunto de personas que se apoyan mutuamente, optimizando aquel dispositivo virtual como una herramienta de empoderamiento, expresión y conexión.
Esta nueva polifonía de medios permite una alteridad al monopolio informativo que se concentra en las fuentes oficiales de poder, dándole voz y visibilidad a personas independientes, para que se manifiesten desde su perfil, como una otredad, desde el yo.

Lo virtual no reemplaza lo real
Las heterotopías asignadas en la comunidad virtual, trascienden la materia y la geolocalización; se ha eliminado el desplazamiento, a cambio, no se puede tocar nada, como al desdoblarse en un sueño. El tiempo digital corre a una velocidad de bits por segundo, se rompen las barreras impuestas por el territorio y sus delimitaciones geopolíticas, alterando el poder de quien escribe la historia pero también causando el hiper-registro de cada espacio de la tierra -y más allá-.
El registro debería ser la evidencia de un hecho que avive el recuerdo de una experiencia, lastimosamente vemos cómo registrar, hoy en día, reemplaza la vivencia misma e interfiere con la experiencia estética. Por ejemplo, al ir a un concierto se ven los celulares en el aire, tapando el escenario en vivo. Podría ser suficiente tomarse una foto, pues a la final es probable que todo el concierto quede grabado y se transmita en el canal oficial de Youtube, pero ¿cuándo vuelves a ver a tu cantante favorita en persona?
La distracción es un mecanismo de sobrevivencia, para sobrellevar la vida con sus altas y bajas. Al mismo tiempo ha sido consuelo de la consciencia, ya que la relación con el entorno, cada vez es más reducida porque todo se vuelve más y más controlado. Corporalmente estoy delimitado por el sistema creado por y para un grupo de humanos, que a cambio de sentirse protegidos pactan unas normas a seguir. La relación entre los humanos y su sistema debe encontrar un equilibrio para garantizar que continúen el día a día sin perder el sentido de su vida. El sistema humano demanda, al mismo tiempo que ofrece, para motivar a la voluntad de cada individuo y lograr seguir en pie.

Signe Pierce, manifiesta el absurdo de pretender llenar el vacío existencial, comprando cosas. Esta artista está comprometida con el futuro, investiga los productos que consume para evitar apoyar macro-industrias sin ética laboral que sólo buscan enriquecerse, comprando en vez, a negocios independientes para empoderarlos económicamente y poder lograr así, la que será la revolución del consumidor.
Para el ritmo vertiginoso en que anda la actualidad, no es suficiente con que la especie humana mande sobre las demás, cada ser humano exige importancia.
Ante la urgencia de conseguir dinero, el problema climático parece flexible; claramente la forma en que ganamos y producimos dinero como especie, afecta al planeta gravemente, mitigar esos impactos es posible si tomamos decisiones a consciencia.
Que no se nos olvide que vivimos en un planeta sin igual, Signe Pierce nos advierte de los peligros de no luchar por el futuro por concebirlo como basura que se tira, debemos re-adaptarnos a la Tierra o la situación podría empeorar. Es momento de replantearse si nos proyectamos conviviendo con el medio ambiente, o sí por el contrario, nos visualizamos atrofiados en las granjas humanas que ilustra Matrix.
Cali, 2020
[1] https://www.nytimes.com/es/2018/04/30/espanol/facebook-twitter-extremismo.html Los usuarios que se vuelven radicales en Facebook
[2] Yuval Noah Harari, 21 lecciones para el siglo XXI