Sophie Calle, es una artista francesa que ha construido un sentido de vida a partir de las artes, manifestándose como actos que forman parte de su biografía y no sólo como una creación, independiente de su historia personal. Esto quiere decir que Sophie Calle vive su arte, es una protagonista de su propia vida, retando al destino o dejando en evidencia que cada quien lo va forjando en su camino. A profundidad puede notarse un interés por la identidad, ésta entendida como lo que conforma a una persona como tal y los aspectos que la caracterizan; es una pregunta que no se responde únicamente viendo al pasado, sino estando atentos al presente porque, naturalmente, será. Se puede, entonces, con la observación, identificar patrones de comportamiento, fijaciones… aunque sea impredecible determinar las acciones del futuro, es posible acercarse a una definición que permita delimitar lo que x cuerpo es.
Así es como Sophie Calle ha escapado de cualquier categoría, sorprendiendo al público con algo nuevo siempre, con una exploración distinta, que mantiene su sello y su estética, pero que no se ciñe a una técnica puntual, ni mucho menos, a una fórmula, abarcando en su extensa obra, tanto trabajar como stripper, o mucama de un hotel, como producir un libro, o un disco para su gato amado.

Teniendo cuidado de no estereotiparse ni dejar de ser autentica, Sophie Calle no se miente a sí misma con una respuesta predeterminada, ella vuelve a preguntarse cada vez, qué le interesa, para descubrir quién es ella. Cuando le pregunté si llevaba un diario escrito, vía e-mail, me respondió, a través de Sarah Suco, una de sus representantes en la Galería Perrotin, que no lo consideraba necesario puesto que ese trabajo lo realizaba mejor con sus obras*. Esta afirmación tiene mucho sentido, y demuestra en gran parte, lo que trata de explicar este ensayo: si la identidad es aquello que va siendo, sin premeditarlo e intuitivamente, dejar un registro de ese proceso de ir siendo quedará plasmado, junto con los cambios, en lo que yo llamo diario.
Puede que no sea un libro o cuaderno, si revisáramos su portafolio, tendríamos que entenderlo como un índice de sus experiencias personales, pues toda su obra es en sí misma, su diario, ya que, como artista, se ha encargado de registrar su propia transformación como profesional y como ser humano. Evidenciando en retrospectiva, el paso tiempo y por ende, un desarrollo que, aunque no nos permitirá predecir el futuro, sí nos dejará saber qué tan preparados estamos, contando con información de lo que estamos hechos y con lo que somos inherentemente.

* “Sophie ha recibido tus preguntas y gracias. Sophie no tiene un diario íntimo. Esta no es la prioridad para ella. Ella prefiere expresarse en su trabajo.” 28/ 09/ 2019

Si pierdo el interés por qué

viviría

¿Qué me interesa?

Algo que me interese, por favor
Ahí estaré yo

metida

Podría quedarme en cama todo el día
Pero realmente, no querría

La voluntad de mi ser, yo no la controlo
Quehacer más vale, un trabajo que me pague
Algo encontraré, aún si estoy perdida
Es la belleza, que me mantiene con vida

Son las náuseas que invaden a los que en París nacen
Que bailan con el asco y el vacío, como niños en un charco, como aves en un río

-Sophie, mon cherié, je suis l’unique-

Alma Brutau

Cali, 2020