El lugar de lo íntimo

Por Alma Brutau

Actualmente, más que nunca antes, se hace evidente la necesidad humana por compartir aquello que pensamos y sentimos, las redes sociales se volvieron un confesionario moderno, donde lo íntimo se hace público; más allá de criticar o alabar este hecho, quiero cuestionarme sobre ese espacio dedicado a la intimidad desde lo plástico, abordando tres ejemplos de artistas que trabajan con la intimidad como su insumo de materia prima.

Uno de ellos es Geloy Concepción, quien encuentra en la virtualidad una poética, aquella que nos permite ser libremente en otro plano paralelo al físico; para él, ambas versiones de ese «yo» son válidas y no pelean entre sí. En su proyecto «Things you wanted to say but never did«, recopila confesiones anónimas que convierte en imágenes intrigantes, en éstas interviene fotos que el mismo ha tomado, las cuales han quedado borrosas o ha descartado por diferentes motivos, añadiendo en forma de texto a mano alzada las distintas confesiones sobre las fotos, las cuales tienen una apariencia de álbum familiar.

Geloy Concepción, Things you wanted to say but never did, 2020 –

La segunda parte del proyecto consiste en subir las imágenes intervenidas, a su cuenta de Instagram (@geloyconcepcion), ahí ha creado una comunidad, pues conecta con cientos de personas que logran sentirse identificadas con alguna de esas historias, acompañando a la distancia el dolor de un desconocido. Al estar escrito en primera persona, cuando leemos sus imágenes nos ponemos en los zapatos de quien habla, encarnando su trauma, lo cual puede ser bastante fuerte pero al mismo tiempo, nos hace empatizar con ese otro.

En su obra, Geloy abraza la vulnerabilidad, nos muestra cómo la belleza no debe ser perfecta, sino pura y honesta. Además, le brinda a las personas una oportunidad de sentirse escuchadas sin ser juzgadas. Detrás, hay toda una metodología, desde el proceso de recopilación y selección -realizado meticulosamente-, hasta después de ser publicadas, llegando incluso a reunirse frente a frente con aquellos que voluntariamente han participado en este proyecto.

Geloy Concepción, Things you wanted to say but never did, 2020 –

Por otro lado, Sophie Calle, es una artista francesa que rechaza el uso de estas redes, manifestando las nauseas que le provocan, pues para ella estas plataformas «carecen de misterio», acabando con la curiosidad de querer descubrir quién es alguien -más allá de lo que vemos-.

Si estudiamos su obra, es entendible esta sensación, debido a que le ha costado mucho llegar a esa intimidad, tanto propia como ajena y al retratarla, la ha abordado con sumo cuidado, estéticamente. No se ha tomado a la ligera la manera en que se exhibe eso íntimo que, en su obra, tiene tanto valor. Ha sido tildada de morbosa o metida por mostrar esto que suele ocultarse al público y que ahora, en redes sociales se vuelve tan común.

Sophie Calle, No Sex Last Night (Fotograma). 1996

El arte le ha servido a Sophie Calle como un medio para expresar sus emociones, explorar aspectos fundamentales de la condición humana sin pretender dar una respuesta absoluta a lo que significa eso indescifrable que es la vida. Ya sea su divorcio o la muerte de su madre, lo ha plasmado plásticamente, es decir, ha encontrado la belleza de dichos acontecimientos a través del arte.

Mientras que en las artes hay un tratamiento del mensaje que se busca transmitir, en las redes sociales no hay un filtro. Esa falta de delicadeza se contrapone a la ardua labor del artista, quien descifra en códigos los símbolos pertinentes para comunicar una idea, creando capas y capas que develan la intención detrás de la imagen expuesta. Así pues, lo importante está oculto a simple vista, en cambio en los perfiles de internet, la comunicación se hace explicita y evidente, de fácil acceso.

Sophie Calle, The Hotel, Room 46. 1981

Gillian Wearing, es otra artista que trabaja con la intimidad, adelantada a su época, ella involucra al otro, volviéndolo parte de su obra, dándole protagonismo y dejándole sacar del pecho eso que tanto quiere decir, da vida a los múltiples yoes que, según la propia artista, viven dentro de nosotros aunque los ocultamos en el día a día.

Una transacción entre dar y recibir, entre querer mostrar y mantener oculto. Utilizando la máscara como elemento principal, ella juega con el anonimato, al mismo tiempo que transfigura la imagen que se construye del individuo ante la sociedad.

En la pieza audiovisual Confess All On Video. Don’t Worry You Will Be in Disguise. Intrigued? Call Gillian, invitó a voluntarios a dejarse grabar contando un secreto, por medio de un comunicado en la prensa que enunciaba precisamente lo que dice el título: confiesa todo en vídeo. No te preocupes, estarás disfrazade ¿Intrigade? Llama a Gillian.

Gillian Wearing, Confess All On Video. Don’t Worry You Will Be in Disguise. Intrigued? Call Gillian (Fotograma). 1994

Muchos de los relatos resultan impactantes, pues contienen el drama de aquello que no debe decirse, falsos o verdaderos, siguen siendo casos impregnados de vergüenza, culpa y/o arrepentimiento. Superar ese miedo a ser juzgado o esa incapacidad de mostrar lo que se lleva dentro no es tarea fácil, pues debe crearse un ambiente de confianza entre las personas involucradas.

En otra serie suya, invita a transeúntes a escribir en un cartel aquello que quieren decir, en vez de lo que otros dicen por ellos (Signs that say what you want them to say and not Signs that say what someone else wants you to say), rescatando la individualidad del ser sobre la publicidad, dándole un espacio a sus pensamientos y así mismo, una validez a su existencia. Es muy interesante cómo lo que pensamos se queda en la mente de cada quien, los demás simplemente no pueden saberlo porque no hay forma de leer la mente -hasta el momento-. Puede intentar materializarse en palabras, canciones o pinturas, pero no deja de ser una interpretación de algo inteligible y no la cosa -el pensamiento- como tal.

Guillian Wearing, Signs that say what you want them to say and not Signs that say what someone else wants you to say. 1992-1993

Culmino mi reflexión preguntándome por el lugar de lo íntimo, si acaso existe tal ¿Dónde queda? ¿Se agotará la intimidad cuando expresemos todo lo que sentimos públicamente? o es imposible saber qué esconde la mente incluso cuando constantemente se comparten creencias colectivas? Hay una magia en lo desconocido que puede perderse si ya no queda nada por revelar, pero la vida es tan inmensa que siempre aparece algo nuevo que no se puede descifrar. Las redes sociales han instaurado una dinámica de decirlo todo y de creer que sabemos lo que somos y lo que pensamos, un meme entre risas, tiene algo de verdad, pero también hay un interés por el like, por las reacciones de los demás. Tal vez solo queremos creer que no estamos solos y reafirmamos nuestra existencia interactuando en lo virtual. Las artes seguirán existiendo para lo impredecible, para observar a profundidad y cuestionarse sobre la humanidad.

Cali, 2022

Enlaces de interés

Things You Wanted To Say But Never Did https://www.vogue.it/fotografia/gallery/things-you-wanted-to-say-but-never-did

Sophie Calle, el voyeurismo hecho arte https://elpais.com/elpais/2015/05/13/eps/1431537670_976688.html

Gillian Wearing: “ Las máscaras nos sirven para explorar la verdad” https://elpais.com/cultura/2015/09/26/actualidad/1443278192_981553.html

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