Por David Martin
He tratado de hacer un símil, así sea con el título, con el ensayo del escritor Italo Calvino, publicado póstumamente seis años después de su muerte. En éste, da ciertos principios que establecen cuáles son aquellos libros que son considerados clásicos y que son vigentes por conocimiento general, son inéditos, inolvidables e influyentes, y al hacérseles una relectura, se encuentran nuevas virtudes. En ningún caso hay un listado que otorga un estatus de notoriedad a ciertos escritos, sino que ofrece un esbozo para distinguirlos. En el cine se puede hacer un ejercicio parecido; sin embargo, por ser un arte relativamente nuevo, comparado con otros, la definición de cine clásico resulta ser confusa y malinterpretada.
Considero que sirve de analogía con respecto al cine, porque es necesario ver y aprender de las películas denominadas como clásicas. Empecemos con un acercamiento a que se denomina cine clásico, entendiendo su función social y cultural; manteniendo las distancias entre la literatura y la cinematografía, ya que son diferentes y cada uno consta de su propio lenguaje. Es importante señalar esto, ya que varios análisis y críticas realizados se basan en una mera observación de la narrativa o efecto visuales, dejando de lado otros aspectos.
El cine clásico es aquel que se ve varias veces sin causar tedio, aburrimiento y sorprende cuando se descubren secretos e imágenes que tiene dentro de sí mismo, posee una historia oculta que sale a la superficie, una premisa, una intensión; y las sensaciones de los personajes y el entorno, se pueden llegar a sentir como propias causando emociones diversas. Cuenta más de lo que dice y muestra lo que debe mostrar, ya sea desde la luz o desde la sombra. No todo lo que está en la visión de la cámara, es lo que se ve.
Hay que tener cuidado ya que todo clásico se convierte en tal por el paso del tiempo, pero el tiempo no hace a toda película un clásico. Tampoco el formato en que fue filmado, las condiciones o el dinero invertido. La antigüedad no es una garantía, pero si preferiblemente que sea anacrónica. La alta definición de las cámaras y los efectos han pasado de un estado artesanal a uno profesional, por lo que esto tampoco es un aspecto crucial para identificarlas.
La dirección es la mayor responsable del antes, durante y después de una producción. Es desde la silla (y mente) del director/a donde se orquestra la mayoría de la perspectiva definitiva de una obra, entonces los demás agentes que hacen parte, son instrumentos o piezas que la componen y cualquiera que entorpezca esta armonía, le resta valor a su definición como clásico. El enfoque del observador está predeterminado por la mirada desde la dirección, por lo que ambos están en la misma sintonía, así estén separados en espacio y tiempo. Es por eso que hablamos de la obra cinematográfica como una unidad.
Los clásicos permanecen en la memoria, ya sea por diálogos, imágenes o sonidos. Al verse de nuevo, se evocan recuerdos y escenas porque están en la retentiva y son de inmediato acceso. Pero en este caso se habla de una memoria colectiva, así que todos vemos lo mismo y los niveles de interpretación deben ser iguales y entenderse al mismo nivel. Es por esta razón que muchas obran se consideran excelentes, porque el criterio común también le da un valor. Si se habla de una memoria individual, estaríamos hablando de películas favoritas. Es acá dónde nos podemos preguntar si realmente hemos visto un clásico ya que otras personas lo pueden considerar como tal.

Otro aspecto es que no tenga precedentes, siendo la primera en implementar una novedad o mejorarla. Este punto no es tan justo, porque a lo largo de la historia, muchos de los pioneros en un arte no recibieron las alabanzas que merecían. Tengamos en cuenta que muchas películas se han perdido a lo largo de los años, fueron destruidas, deterioradas o eliminadas.
Finalmente, tenemos aquellas películas que se convirtieron en referencias culturales a través de memes. No son clásicas, pero quizás pueden serlo, más allá si se consideran buenas o no. Y muchos hablan de clásicos modernos porque marcaron una generación o nos recuerdan un instante de nuestras vidas. La forma de saber si lo son, es sentarse, verla de nuevo y compartir con los nuestros que tan clásica nos parece.
Bogotá 2022
David Martin es Licenciado en Filología e Idiomas, especialista en Pedagogía y Docencia Universitaria y Magister en Creación Literaria.