Por: Olga Brutau.
John Baldessari, nacido en Estados Unidos en 1931, se convirtió en un reconocido artista conceptual tras una serie de obras que demostraban de forma satírica la conexión circular entre el arte y el humano. Se caracterizaba por ser muy innovador, su trabajo siempre daba de qué hablar y mucho qué pensar. “Me aburro con facilidad, incluso de mí mismo. Lo cual creo que es algo sano, porque cuando te aburres pruebas algo nuevo. Me gusta pensar en lo próximo que voy a hacer”, aseguraba.
En 1966, con ‘Tips For Artists Who Want To Sell’ puso afuera del salón donde daba clases de arte, una suerte de checklists en las que anotaba qué y cómo debían hacer los artistas sus pinturas, para que fuesen más fáciles de vender; de esa manera, hacía una crítica al mercado del arte, mientras se burlaba también de cómo se ven los manuales de arte tradicional, y lo que representa comprar ese tipo de obras, hechas exclusivamente para ser vendidas.
A Person Was Asked To Point & Commissioned Paintings; Baldessari (1962-1969)
Cuando le preguntaron al pintor Al Held sobre la definición de arte conceptual, él respondió que era “simplemente señalar cosas”, aludido ante esa afirmación, Baldessari realizó una serie de fotografías, en las que aparecía una mano señalando diferentes cosas “interesantes”, haciendo referencia a lo que Al Held había declarado; posteriormente, en 1969, realizó Commissioned Paintings, en donde pintores contratados por él, pintaron imágenes fotorrealistas de aquella mano apuntando a los diferentes objetos. Las pinturas estaban expuestas y el espectador se encontraba en la posición de reflexionar qué clase de mensaje dejaba cada pintura, por qué estaba señalando la mano ese objeto en específico, y por qué se debía mirar a ese y no a otro. También, al ser pintado por otras personas diferentes a él, invita indirectamente a cuestionar el significado de la autoría artística.
En los 70’s, Baldessari realizó una exposición en la que juntó gran parte de todo su trabajo de años, y lo puso en venta, para después incinerar públicamente todo lo que no se vendiera, bajo el planteamiento de que como cada vez tenía más cuadros sin vender, terminaría enterrado bajo aquellos. El proyecto se llamó ‘The Cremation Project’, y una parte de las cenizas fueron horneadas en forma de galletas y posteriormente exhibidas en el MoMa.
A partir de 1988, Baldessari comenzó a incorporar formas geométricas de color, pintadas en fotografías, esa intervención cambiaba por completo el significado de las imágenes, la serie se llama “Frames and Ribbon”, y demuestra lo arbitrario y banal de las celebraciones de algunas figuras públicas importantes; el artista consigue que los eventos y ceremonias fotografiadas, resulten ser como cualquier otra, tapando los rostros de las personas y algunos detalles que harían que los hechos se reconociesen.
Hasta en sus últimas obras, resaltó la relación entre imagen y lenguaje, desafiando la percepción de los espectadores: en ‘Prima Facie’, (que en latín es “a primera vista”) serie realizada en 2005, colocó un retrato fotográfico al lado de palabras que se supone que definen la emoción de quien está retratado, pero la asociación conflictuaba la realidad, y cambiaba la manera en que quien veía la imagen, la percibía.
El artista siempre manejó la ironía en sus obras de manera muy precisa, burlándose incluso de sí mismo e invitando a los artistas a cuestionar el sistema que rige al arte, del cual, inevitablemente hacen parte.
Cali, 2020