Con un esfuerzo superlativo, Helena Producciones organizó como lo hace desde 1997 la 8 versión del festival de performance en Cali, una ciudad estereotipada con la salsa y los bailarines a 78 rpm. En esa misma dinámica de los cuerpos que se mueven, por esas ideas erróneas que uno se hace, creí encontraría acciones en las que la disposición corporal fuese no principio y regla sino al menos forma en la ejecución. Exagero, lo se, tal vez ni me haga entender, así que trataré de hilar más despacio lo que se me va ocurriendo.
El festival tuvo varios componentes que procuraron motivar y ser atractivos al público. Además de incluir la palabra ENTRADA GRATIS en cuanto volante y pequeño espacio se les brindó, las conferencias en el teatrino del museo la tertulia, las acciones localizadas o ambulatorias, hicieron parte de una casi semana de actividades continuas, que construyeron al final de las jornadas, una obra a su vez mucho mayor cuyo proceso fue registrado y transmitido en línea por el grupo organizador. En esta pieza mayor, surgida de las múltiples miradas, palabras y acciones de cuanto asistente dijo presente, cada uno tenía el carácter de participante que propone Bourriaud, configurando, a partir de las experiencias articuladas por este festival, la idea de comunidad imaginaria.
Y el público acudió, no sólo a las conferencias, también ocupó los espacios convocados aunque estos fueran un martes hasta la 1am debajo de un puente. Claro, como marco reunió la convulxión, una fiesta electrónica que salia de sus espacios de cultura under para tomarse las calles. Aunque al principio no se sabía de donde iba a salir la energía para el acto, esta apareció de una casa vecina que dejó que se le pegaran los cables del contador para darle vida a la acción, no se sabe si la señora sabía lo que venía después, pero ya estaban agarrados los caimanes.
Varias acciones fueron constantes durante el festival, en la plazoleta de la gobernación se repartían reproducciones de recortes periodísticos de mediados del siglo pasado, se hacían ejercicios de reflexión con los transeúntes, todo esto, capturado por el lente y transmitido en vivo, así que de no poder asistir, la virtualidad lo permitía. De ésto quedó el registro en la pagina de Helena producciones, horas de grabación que dan cuenta de lo que pasó. Algunas acciones usaron el cuerpo cual carro, como aquel artista que vino corriendo desde Roldanillo ubicada al norte del departamento del Valle a unos 200km, otras propuestas cobraban 2mil pesos para montarse a un vehículo en el que se iban de parche a sitios alegres y casuales, muy in para estar con los amigos.
Todos los días hubo conferencias, todos los días se presentó el mismo video de las residencias Kiss Me. Todos los días se varió, eso si, en los documentales producto de investigaciones de artistas extranjeros, Siloé, la salsa, los cañeros, Cali. Un día hasta se casaron un par de artistas en las afueras del museo de arte moderno la Tertulia, como acción en construcción, afirmaron sus lazos; los demás por favor hagan de público, tiren arroz, acomoden la música, los amplificadores, que no se apague el fuego ¿están las cámaras? todos ustedes que vieron, gracias, que luego llegó un bus, recogió los que eran y el resto, a recoger los asuntos usados, que esto es arte y hay formas de producción.
La acción de las bodegas de la antigua licorera del valle, presentó momentos performáticos, el que se sube y canta, la que escribe en su máquina, el que lleva piedras de un lado a otro, los que caminan por una línea, todos ellos, dando muerte en un momento a esta acción viva. Los demás, bien gracias, colocaron un video y repita y repita, en un sinfin inmortal, más ligado a la video-instalación que al performance, y si fuese un solo televisor o videobeam, no, era más de un artista ligado a este recurso. Y se entiende que las acciones intimas son acciones realizadas y luego expuestas, pero las mismas tienen una duración y no se repiten y repiten como una videoinstalación cuyo único performance es presionar el botón de play.
Y rompieron la piñata, hicieron torta, pintaron stencil´s, unos casuales se sumaron al festival en un performance simultáneo de «artistas», otros jugaban muñecas sentados en cualquier parte, no había problema, ninguno tenía una ficha técnica. Algunos hicieron otros deshicieron, mientras tanto solo contemplaba esta semana de acciones y videos, de conciertos y de personas de palabras que no se completan, como este texto que quedará a la espera.
(Continuará)
Luis Felipe Vélez
Cali 2012